Materiales no férreos

Los productos siderúrgicos, derivados del hierro,  presentan tres inconvenientes principales en relación con algunas de sus posibles aplicaciones técnicas: su elevada densidad, su baja conductividad eléctrica y su alta sensibilidad a la corrosión y oxidación atmosférica.
Este es el motivo de que para determinadas aplicaciones se haga necesaria la utilización de metales en cuya composición no interviene el hierro y cuyas propiedades, eliminados los inconvenientes anteriormente citados, son más adecuadas para el uso al que van a ir destinados. Son las aleaciones no férreas, que se clasifican de acuerdo con el metal que interviene en las mismas de forma mayoritaria; las más comunes son las de cobre (bronce y latón), aluminio, magnesio (aleaciones ultraligeras) y titanio.
La utilización de materiales no férricos, el uso de polímeros y materiales cerámicos ha permitido ampliar el comportamiento esperado en los aceros tradicionales en propiedades tales como la resistencia térmica y eléctrica, la resistencia a la corrosión, la ligereza…, y, consecuentemente, se han ampliado las aplicaciones y usos de este tipo de materiales.
Este trabajo de Amelia Tierno López nos facilita un cuestionario acerca de la utilización de materiales no ferrosos.
Como casi siempre, la editorial McGrawHill nos proporciona el resumen del tema que nos ocupa.

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