Algunos compañeros, no necesariamete pertenecientes a la sección bilingüe, animados por las maquetas de madera que tenemos al fondo de la clase, se vieron impelidos a representar mediante una estructura de papel a lo que consideramos el símbolo de París, de Francia entera: la torre Eiffel. Algo debió echarles para atrás, quizá los plazos que habíamos fijado para la entrega del proyecto, porque al final nadie se decidió por esta construcción. No es extraño ya que, como veremos, sencillez o complejidad aparte, los datos técnicos de la construcción ya asustan. Pero piano piano...
¿Qué es la torre Eiffel? Ya lo hemo dicho, el símbolo de París, de Francia entera, pero, concretamente, se trata de una estructura de hierro forjado situada en el Campo de Marte a orillas del río Sena, de 300 m. de altura, lo que supuso el "honor" de ser el edificio más alto del mundo durante más de 40 años, hasta la construcción del Edificio Chrysler, en Nueva York, en 1.930.
Historia
Hacia 1884 dos ingenieros de la empresa Eiffel, Koechlin y Nouguier, estudian el proyecto de construcción de una torre metálica de 300 metros, para que en el centenario de conmemoración de la Revolución Francesa París destaque con luz propia en la Exposición Universal de 1.889.
En un primer boceto la torre aparece como una “Pylone de 300 m de hauteur”, dotado de cinco plataformas, una cada cincuenta metros. Esta primera idea no gusta a Eiffel que ordena a a su jefe de arquitectos, Sauvestre, que introduzca cambios en la ida original: El nuevo proyecto contempla un pesado pie de mampostería, reduce el número de plataformas a sólo dos y une mediante arcos la torre hasta el primer piso. La nueva idea ya es del gusto de monsieur Eiffel, al punto que compra los derechos a sus originales proyectistas con el fin de obtener los derechos exclusivos sobre dicha torre. Ahora sólo quedaba convencer a la ciudad, en la persona del ministro de Industria y Comercio y Comisario General de dicha exposición.
Al concurso público se presentaron 107 proyectos y la torre se hizo con el premio, pero ahí no acabararon sus vicisitudes puesto que Eiffel hubo de convencer a sus conciudadanos de sus utilidades para ensayos científicos (estación meteorológica, antenas para el telégrafo, conexiones telefónicas, emisiones radiofónicas…), pues su estructura generó un enorme rechazo social. Y es que su atrevido y original diseño suscitó una fuerte polémica entre los parisinos que no se anduvieron con eufemismos y calificaron la torre de "monstruo de hierro”, “trágica lámpara de calle”, “mástil de hierro de aparejos duros, inconclusos, confusos y deformes”, “pirámide alta y flaca de escalas de hierro, esqueleto gigante falto de gracia, cuya base parece hecha para llevar un monumento formidable de Cíclopes, aborto de un ridículo y delgado perfil chimenea de fábrica”, “armazón que espera ser cubierto por piedras o ladrillos, esta alambrera infundibuliforme, este supositorio acribillado de hoyos”....
Durante la Exposición Universal, la visita a la torre fue un éxito de visistas por las magníficas panorámicas que desd allí pueden verse de París, sin embargo, en la Exposición Universal de 1.900, celebrada también en la misma ciudad, la gente ya había perdido el interés por el monumento y los beneficios apenas cubrieron los gastos por los que algunas voces empezaron a solicitar que se desmontara. Su salvación llegó de la mano del ejército francés, ya que tras unas pruebas con equipos de transmisiones se llegó a la conclusión de que la Torre Eiffel era un lugar privilegiado para la instalación de antenas y equipos de radio.