Páginas

Ahorro energético

El despilfarro siempre ha sido y será algo que no nos debemos permitir, ni como individuos, ni como sociedad. Pensar en el ahorro eléctrico es algo que va más allá de la rentabilidad económica, es pensar en eficiencia energética, en las emisiones de CO2, en la conservación del planeta, en nuestra higiene moral. Vamos a repasar aquí una serie de consejos de ahorro eléctrico que quizá ya conozcas, que quizá ya practiques (no todos los consejos son aplicables en todas las casas y casos; no se trata ahora de cambiar todas las bombillas de la casa) y que quizá no pongas en uso jamás. Ahora bien, quítate el velo de la ignorancia y práctica el derroche con altanería y suficiencia, con soberbia y chulería, malgasta porque quieres, no porque no sabes hacerlo de otra manera. Estos son esos consejos: 
  1. Calefacción. Supone casi la mitad de la energía que se consume en una vivienda. Una temperatura de entre 19º y 21º grados puede considerarse adecuada en el hogar. Durante la noche, con 17º basta para los dormitorios. Hay que tener en cuenta que por cada grado que sube, se consume un 7% más de energía. Los radiadores tapados por estética, con un mueble o un cubre radiador, dificultan la circulación del aire caliente e incrementan el gasto en calefacción.
  2. Aire acondicionado. Al igual que con la calefacción, poner el termostato a 25º proporciona una sensación de confort en la estancia más que suficiente. Ya se ha dicho que por cada grado menos, se gasta un entre un 7% y un 8% más de electricidad.
  3. Aislamiento y ventilación. El calor se va por los cristales, por la carpintería de las ventanas, a través de los cajetines de las persianas, por debajo de las puertas y por el techo, por lo que un buen aislamiento es un factor fundametal para el ahorro eléctrico. El uso de alfombras y burletes, el bajar las persianas al anochecer, tapar los huecos de la carpintería con masilla ayudan a mejorar el aislamiento de nuestra vivienda. De igual forma, en el verano, el uso de toldos, persianas y cortinas, contribuyen a evitar que nuestra casa se caliente en exceso.
  4. Iluminación. Desde la obviedad de apagar las luces que no se utilicen (esto también es válido para fluorescentes y lámparas incandescentes) al hecho de pintar las habitaciones de la casa con colores claros que permiten aprovechar la luz natural, nos ayudan a ahorrar energía. Las bombillas de bajo consumo duran ocho veces más que las bombillas convencionales y nos permiten ahorrar hasta un 80 % de energía. Por su parte, las lámparas electrónicas tienen una vida aún más larga que las de bajo consumo y un gasto energético inferior.
  5. Electrodomésticos. Aunque al principio pueden ser algo más caros, un aparato con alta eficiencia energética (clase A, A+, A++), resultan a la larga rentables gracias a la reducción del consume eléctrico que permiten -en otra entrada ya hablamos de la duración de la vida útil de los aparatos eléctricos y de la obsolescencia programada-. No conviene dejar los aparatos eléctricos en stand by porque, a pesar de que su consumo instantáneo es pequeño, el heho de multiplicar ese consumo por el número de horas de encendido, puede suponer hasta un 5 % del gasto eléctrico de una vivienda. A continuación se exponen unos consejos sobre la utilización de los electrodomésticos más comunes en nuestras casas: el lavavajillas ha de usarse cuando esté completamente lleno y utilizarse con programas económicos o de baja temperatura cuando sea posible. El frigorífico ha de utilizarse con temperaturas adecuadas: 5º en el refrigerador y -18º en el congelador y, por supuesto, la puerta ha de permanecer abierta el menor tiempo posible; no han de introducirse en ella alimentos calientes, hemos de descongelar los alimentos en su interior para aprovechar su frío. La lavadora utiliza un 80 % de su consumo energético para calentar el agua, de forma que los programas de lavado en frío contribuyen a disminuir el consumo; utilizar programas de media carga o esperar a llenar la lavadora antes de ponerla en funcionamiento, limpiar el filtro o usar descalcificantes disminuyen el consumo. La secadora es también una gran consumidora de energía, así que, un correcto centrifugado permitirá el uso de un programa más corto (y el consiguiente ahorro) caso de no ser posible secar la ropa al Sol. Una cocina de inducción permite ahorrar un 40% de energía frente a las placas vitrocerámicas y además son más rápidas; tapar las cacerolas, usar ollas a presión, bajar el fuego al mínimo iniciada la ebullición y usar el calor residual también contribuyen a disminuir la factura eléctrica. El horno consume bastante energía por lo que pueden intentar cocinarse varios alimentos a la vez, abrir el el horno lo menos posible (cada vez que se hace la temperatura baja un 20 %) y prescindir del precalentamiento cuando el tiempo de cocción del alimento es superior a una hora, disminuyen el importe de la factura; no obstante, el microondas gasta un 70 % menos que el horno y nos permite, además, ahorrar tiempo en la preparación de los alimentos.  
Por otra parte, si lo tuyo es la autonomía, si pretendes "fabricarte" la electricidad a partir del suministro de gas, en esta, otra vez fantástica, infografía facilitada por Eroski Consumer, podrás visualizar la composición, funcionamiento e instalación de un microgenerador doméstico.

>

Te facilito ahora un par de enlaces:
  1. En este enlace del IDAE puedes acceder a un folleto en el que de forma completa se nos proporcionan completos unos consejos para realizar un consumo eficiente e energía en el hogar.
  2. En la página de EcoPotencia puedes acceder a una tabla que te permitirá calcular el consumo eléctrico de tu casa y de paso, conocer cuál es el término de potencia fijo contratado que necesitas en tu casa.
Deja, si así lo deseas, un comentario a esta entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario