Continuamos con la segunda vuelta de los trabajos de tecnología y sociedad y ya se aproxima el final de la liga. Dentro de nada sabremos quién es el campeón y quién o quiénes bajan a segunda división. El turno en esta ocasión es de Clara Tierraseca que ha elegido la radio como idea para su entrada.
La radio es un medio de
comunicación que se basa en el envío de señales de audio a través de señales de
radio. En sus inicios, con el telégrafo y el
teléfono, el hombre ya podía comunicarse a grandes distancias, incluso a través
de los mares gracias a los cables submarinos, pero solo entre los puntos en los
que llegaban estos cables. Pero aún quedaban incomunicados los barcos, vehículos,
zonas poco pobladas, etc. La superación de estas dificultades comenzó a ser posible
con una serie redescubrimientos que son los hitos en la historia de la radio:
El francés Branly, en
1890, construyo su primitivo cohesor, que permitía comprobar la presencia de
ondas radiadas, es decir de detectarlas, y que sería utilizado por todos los
investigadores que entonces querían la comunicación sin hilos (sin cables).El
cohesor de Branly permitía captar las ondas hertzianas, pero no podían
obtenerse todavía aplicaciones prácticas
El ruso Popov (1859-1905)
encontró el mejor sistema para radiar y captar las ondas: La antena,
constituida por hilo metálico. Después de perfeccionar este aparato, Popov
añadió al sistema receptor un hilo metálico extendido en sentido vertical, para
que, al elevar en la atmósfera, pudiese captar mejor las oscilaciones
eléctricas. Este hilo estaba unido por uno de sus extremos a uno de los polos
del cohesor, mientras que el otro extremo comunicaba con tierra y así cualquier
diferencia de potencial que lo estableciese entre dichos polos, provocada por
el paso de una onda electromagnética procedente de las nubes tempestuosas,
hacía sonar el timbre del aparato, cuyo repiqueteo más o menos frecuente daba
idea de la marcha de la tempestad.
El 24 de marzo de 1896 se realizaba la primera
comunicación de señales sin hilos que usaría como elementos un oscilador de Hertz, un detector
de Branly y una antena de Popov. Sin embargo seguía siendo necesario constituir un conjunto que pudiese funcionar con seguridad para tener
aplicaciones comerciales. Nadie había podido
conseguirlo, hasta que en 1895 Marconi realizó experimentos definitivos que le
proporcionaron el título de inventor de la radio comunicación. En 1896, en Bolonia y con sólo 20 años de edad consiguió los primeros resultados prácticos empleando un alambre vertical como
"antena" y empleando un
"detector" o aparato que permitía descubrir señales muy débiles; con estos rudimentarios medios logró establecer comunicación entre distancias de 2400 m. Paulatinamente
fue aumentando el alcance de sus transmisiones, hasta que en 1896 solicitó y
obtuvo la primera patente de un sistema de telegrafía inalámbrica. En 1897, el
inglés O.J. Lodge inventó el sistema de sintonía, que permite utilizar el mismo
receptor para recibir diferentes emisiones.
En 1899 nuevamente el investigador e inventor
Guillermo Marconi logró enviar un mensaje
por radio a través del Canal de la Mancha uniendo Dover con Wimereux (46 km.).
En 1901 J.A. Fleming aportó a la
radio el primer tipo de válvula de vacío, el diodo, que aparte de otras
aplicaciones permitía sustituir con ventaja al detector de galena. Con el
invento en 1905 de la lámpara triodo (llamada también "audion") por
el americano -Lee De Forest-, ya se podían amplificar las señales eléctricas
utilizadas en radio y generar ondas que no fueran chispas como hasta entonces.
Con tensiones de sólo unas centenas de voltios era posible obtener una señal de
transmisión continua o sostenida, lo que anuló rápidamente los transmisores de
chispas. Pero es más, la señal continua fue fácilmente modulada por micrófonos
de carbón, del tipo que aún se utiliza comúnmente en los teléfonos hoy día, y permitió
la transmisión de voz. Fue este mismo Dr. Lee De Forest que dio inicio a las
primeras emisiones de radio de música y voz, usando el bulbo de su invención
para generar ondas electromagnéticas, en lugar de las chispas.
En otro orden de cosas, la radio se sirve de una situación comunicativa, en la que emisor y receptor se ven sin ser vistos, en
la que se perciben espacios sin ser percibidos, en la que, sobre la nada, se
dibujan mares, ríos, montañas, animales, rostros, sonrisas, tristezas,... todo ello, constituyen la particularidad del mensaje radiofónico. La
radio, como muchas veces se ha dicho, es un medio ciego, pero también es, al
mismo tiempo, un mundo a todo color. La radio es todo eso porque, en aquel que
la escucha, genera constantemente imágenes mentales que, a diferencia de esas
otras imágenes que ofrecen el cine, la televisión, la prensa, la fotografía o
los videojuegos, no están limitadas por espacios, ni por pantallas, ni por
colores, ni por sonidos. Y tampoco están limitadas, ni mucho menos, por el
lenguaje radiofónico
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