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Resistencia eléctrica

La resistencia eléctrica de un objeto es una medida de su oposición al paso de la corriente eléctrica de la dificultad que el objeto presenta a la circulación de partículas cargadas en movimiento que, como sabemos, son los electrones. La resistencia eléctrica de un material depende únicamente de su geometría (longitud y sección) y de su resistividad, parámetro que depende del tipo de material y de la temperatura a la cual se encuentra sometido. La unidad de la resistencia en el Sistema Internacional de Unidades es el ohmio (Ω) y para su medición pueden utilizarse diversos aparatos y procedimientos como el ohmímetro, el polímetro y el puente de Wheatstone.
Uno de los procedimientos para dar la medida de una resistencia es utilizar el llamado código de colores. Este código funciona como sigue: Los dos primeros dígitos están indicados por la primera y segunda banda (A y B). La tercera banda (C) es un factor multiplicador expresado en potencias de base diez (la banda indica el exponente de este multiplicador). La cuarta banda, D, representa la tolerancia, esto es, el intervalo en porcentaje dentro del cual se encuentra el valor real de la resistencia. La siguiente expresión es útil para determinar valor de cualquier resistencia de carbón o cerámica que tenga marcado un código de colores: R=A·B·10C ± D. Te dejo aquí una animación Flash para el cálculo del valor de las resistencias mediante este procedimiento descargada desde el Taller de Tecnología:


La siguiente animación elaborada por Pilar Latorre nos permite repasar los tipos de resistencias, el código de colores, la ley de Ohm y dispone además de un par de sencillos ejemplos de circuitos serie y paralelo:



En este  enlace del pntic encontramos una clasificación de las resistencias, sus símbolos característicos, el código de colores, los tipos de resistencias especiales...
Una clasificación también completa y con fotografias de los distintos tipos de resistencias nos la encontramos en el blog de Viatger.

Deja, si a bien lo tienes, un comentario a la entrada. Sí, tienes razón, resulta un poco como el cepillo de la iglesia.

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